La silueta del pecado ardiendo en llamás infernales... (Managua)

No necesito exagerar para arder. Mi cuerpo es una contradicción deliciosa: flaca, pero con curvas que saben dónde golpear. Cada movimiento es un reto para el autocontrol, un vaivén de caderas que promete incendiar hasta la piel más fría, que esperas?...Te animas a probar?.